«El abordaje psicomotriz se lleva a cabo en el marco de una sala de psicomotricidad, especialmente acondicionada para ello.
Allí el niño se relaciona con el espacio, los objetos, las personas y consigo mismo, expresándose principalmente a través del juego, el cuerpo y el movimiento.
La Psicomotricidad acompaña al niño, en ese actuar y vivenciar en un encuadre de seguridad afectiva y contención, aportando confianza para que pueda desarrollar su propia autonomía y todos los elementos básicos de su personalidad»
Dentro de esta área, el desarrollo de la grafomotricidad es un aspecto básico y por eso es necesario potenciarla desde una edad temprana. Con este ejercicio se busca mejorar la armonía tónica, la direccionalidad, la segmentación y, por tanto, se realiza para que el niño consiga potenciar su rapidez, legibilidad, armonía y fluidez en su escritura o en los movimientos que realiza con las manos.