A partir del motivo de consulta correspondiente y la metodología terapéutica indicada en cada caso, se abordan aspectos que contribuyen a la salud integral del paciente.
Dentro de las dificultades que conllevan a una derivación en el área psicológica, podrían incluirse algunos ejemplos: trastornos del sueño, de la conducta (agresividad, oposicionismo desafiante, impulsividad, etc.), del estado de ánimo (depresión y angustia), déficit atencional, problemas vinculares, dificultades en la autorregulación emocional, problemas de autoestima, síntomas de ansiedad, escasas estrategias de afrontamiento de sus problemas y frustraciones, problemas para enfrentar los nervios, los miedos y fobias, entre otros.
La intervención psicoterapéutica es individual y con una frecuencia semanal. En caso de que se sugiera una terapia familiar o de grupo, la modalidad se adecuaría a la situación particular.